lunes, 4 de marzo de 2013

"Lleve tres, pague uno"



Vista, revisada y pensada la trilogía “Madrid vs Barça”, me vienen a la cabeza esas campañas publicitarias en las que te regalan tres productos por la compra de uno. Eso es lo que ha sido este paquete de partidos de fútbol para el Real Madrid.
El primer partido lo “compra” el Madrid con trabajo de pico y pala. Este partido marcó la trilogía. Mou decide, entre lo que tiene,  que para ese primer partido debe de jugar con canteranos. Es decir, con la gente que trabaja en la cantera. En el pedregal. Essien, Arbeloa, Khedira, Callejón, Carvalho  (no está ni para un “Solteros contra casados”). Lo hace así a sabiendas de que físicamente el Barcelona está en el  peor momento de los últimos cuatro años. Por otra parte, Roura saca lo mejor que tiene, excepto a Valdés. Coloca a sus jugadores  porque es lo que hay y/o es lo que sabe hacer y/o es lo que le dicen desde Nueva York. No es broma aunque lo parezca. Cualquiera se da cuenta de que cuando tienes a los mejores jugadores del mundo es su puesto, y siendo conscientes de que la base del futbol actual es la preparación física, el entrenador es un gestor de fuerzas. Roura no. Si está establecido el sistema, si la plantilla es mejor que la de años pasados y sus jugadores más expertos, al entrenador solo le queda gestionar sus recursos humanos de la forma más sensata. Dosificando esfuerzos. Sinceramente creo que Roura no está preparado para ser entrenador de la primera plantilla del Barcelona. Tito Vilanova es obvio que tampoco. Su enfermedad le reclama y, sintiéndolo mucho por él, el Barcelonismo entero lo nota.

En este primer partido, y antes de jugarlo, Roura presiona al árbitro. Mala idea la del “segundo”  ya que es el primer síntoma de debilidad. Es curioso, ha sido callar Mou y hablar el Barça para que el primero crezca y los segundos caigan. En este partido el Barça pierde algo más que la oportunidad de revalidar el título de Copa. Se percibe claramente el cansancio de los jugadores y la falta de puntería del equipo. Messi no aparece. A pesar de lo obvio del cansancio, Roura efectúa el primer cambio del equipo en el minuto setenta y seis, trece minutos después de que Mourinho haya sacado ya a su segundo hombre de refresco. La suerte (mala para unos y buena para otros) es caprichosa y elige este partido (podría haber elegido cualquier otro) para que Varane se convierta en el nuevo Stielike a ojos del mundo. Amén. Esa misma suerte, que ronda por el Bernabéu, fue la que quiso que Raúl marcara su primer gol en la misma portería contra el Atlético de Madrid en noviembre del 94. Jugadores especiales para partidos vitales y consecuencias impredecibles. Pocas casualidades hay en la vida y esta no iba a ser una de ellas. Pero es en este partido cuando el Barcelona pierde algo más que la eliminatoria. Pierde la confianza, la eficacia, las ganas, y lo que es peor, su filosofía de juego está en entredicho. Al menos cuando juega contra el Madrid de Mourinho. Parece que deberíamos estar preparados todos para el relevo del mejor equipo de la historia pero no pensamos que sería así. Creíamos que sería poco a poco. Sin sobresaltos. El tiempo haría su labor ya que no habría ningún Guardiola como adalid de La Masía. Cuestión de tiempo pero no tan rápido. No en seco.

A equipos como el Barcelona o el Madrid les pueden hundir su eterno rival, el colista en liga, un "alcorconazo" en Copa, quedar eliminados en la fase de grupos de Champions o ellos mismos. En este caso, ha sido el Madrid ayudado por el mismo Barça. Como decía alguien,  esta vez por “TRI-plicado”.

El partido de vuelta fue la continuación del partido de ida. Literal. Como una sesión continua. Como si no hubiera habido tiempo de preparar un partido distinto al primero por parte de Roura. El Madrid creciendo y el Barça menguando. Esta vez juegan los dos equipos titulares excepto Valdés. Incomprensible, de nuevo, este pacto de caballerosidad que siempre perjudica al equipo. En el minuto 12, Cristiano reparte la extremaunción al Barça. En el 57 amortaja al difunto y en el 68, Varane (otra vez) cierra el féretro. Final de la eliminatoria y la cabeza en Manchester.

Las consecuencias de todo esto pueden ser fatales para el Barcelona a la espera del partido contra el Milán. Mou le da un repaso táctico a Roura que no olvidará en su vida. Cristiano (el momento por el que atraviesa es el mejor de su carrera) sale reforzado frente a Messi. Por primera vez en cuatro años el Madrid es mejor, en general,  que el Barcelona tres partidos consecutivos y, lo que es mejor (peor para otros), este Madrid se lo empieza a creer en la misma proporción que el Barça deja de hacerlo.

En cuanto al partido de Liga, poca historia. Tras el repaso de Copa, los dieciséis puntos de ventaja del Barcelona sobre el Madrid, la hora del duelo y los buenos velando armas para Manchester, el público del Bernabéu llegó tarde a la cita y se quiso ir en el minuto siete tras el gol de Benzema. Empató Messi en el 18 y Ramos marcó en el 83 el gol decisivo. Un penalti, para mi claro, no pitado en el descuento a favor del Barça, hizo que Valdés fuera el que ejerciera, esta vez, de derviche enajenado para irse a por el árbitro y regalarle los oídos. Están pasando cosas muy raras en Barcelona. Antes no eran así ¿no?

1 comentario:

  1. hola eduardo, soy jesus.parece que en can barça no es oro todo lo que reluce ultimamente.a ver si mañana seguimos en esta linea hacemos un buen partido en old trafford.por cierto escribes bien, pajaro. un abrazo

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