jueves, 23 de abril de 2015

El Real Madrid sueña con "La Undécima"


Real Madrid: 1 - Atlético de Madrid: 0

Sol, Madrid, primavera, fútbol, Champions, Real Madrid, Atlético de Madrid, tú, él, vosotros, yo ... y no era un sueño. Era Real. Y del Real fue tan magnífica tarde de alegrías y tristezas. De respetos. De dudas y cambios. De incertidumbre. 

Mr. Ancelotti, en un tierno abrazo de Morfeo una noche cualquiera de abril, sucumbió a la idea de cambiar lo que no había funcionado las anteriores siete veces. Se dejó llevar por sus anhelos, y dejó de lado su terco planteamiento bajo las alas de uno de los mil Oniros. Y lo hizo para llevar a cabo su terquedad más criticada una tarde cualquiera en Barcelona. Sacrificar al mejor central del mundo por un mediocre picapedrero de contención con corazón de granito. Eso sí... Con raza. Con disciplina. Con pasión. Ya lo dijo Stendhal, "El alma es el conjunto de las pasiones". Y en alma muy pocos ganan a Ramos. Y ya que Morfeo aleteaba a sus anchas sobre las blancas sábanas del italiano, aprovechó la ocasión para presentar a Carleto a un mexicano que, como la pequeña Campanilla, aparecía de vez en cuando por Valdebebas como un sueño efímero. Rápido y silencioso. 

Soñado y hecho. Ramos al centro. Campanilla al ataque contra el Capitán Garfio y un tal Gulliver. Así fue como el sueño se hizo realidad. Y de nuevo, lo soñado. Un número, el catorce. Un apellido, Hernández. Lo soñé. Se cumplió. Volvió a aparecer. Y mexicano. Benditos sueños cumplidos...

Por otra parte me comenta mi musa que esa misma noche, en la habitación del Cholo, apareció el padre de Morfeo. Hipnos. No quería ser menos... Me dice que le llevó a su oscura cueva. Que cambió el mate tradicional de Simeone por un hipnótico brebaje de amapolas y otras plantas. Que dicha infusión dejó tan maltrecho al argentino que soñó que llegar a unas semifinales de Champions se conseguiría sin arriesgar. Sin sacar a los mejores. Sin ser lo que había sido. Sin Torres desde donde poder divisar semifinales. Sin el corazón de granito que Morfeo enseñó a Carleto. Con Gaby en sueños banales. 

El Atleti salió a hacer su partido. Ordenado. Físico. A la espera. Perfecto tácticamente. Como todo lo que hace Simeone. Es ahí donde está su valor. En eso y en hacer soñar a sus jugadores que todo es posible. Que soñar es gratis. Que los sueños se cumplen. Ayer, al Cholo le faltó decirles que en los sueños también hay que luchar. Mucho más que en la realidad porque los sueños no dependen de uno mismo. 

Aún así, el Atleti tiene muchos motivos para soñar. Un grandísimo portero. Un francés revolucionario, cómo no. Un bloque compacto. Guerrero. Fieles a sus genes. Ya solo falta que el Atleti se lo crea y salga a jugar como el equipo grande que es. 

¿El Madrid? Bien. Imaginad. Bajo las alas de Morfeo. Disfrutando. Un catorce que se apellida Hernández. Un francés revolucionario, cómo no. Un entrenador embriagado por el aroma que desprenden las grandes victorias. Un portugués que siempre quiere más. Un portero que no quiere menos. Un colombiano de Vallecas. Y todos, todos, con un único sueño en mente. Que todas las noches les visite Morfeo para poder luchar por La Undécima. 

Fdo.- Eduardo Sánchez de la Blanca

Día 23 de abril. Día del libro. Día del único invento que puede hacernos mejores. Lee y sugiere leer. 








jueves, 9 de abril de 2015

"CORAZÓN, CABEZA Y COJONES"




RAYO VALLECANO 0 - REAL MADRID: 2


“CORAZÓN, CABEZA Y COJONES”

Las tres “ces”. Dejemos de lado nosotros, ya que Mr. Ancelotti no lo hace, a la BBC. Aunque sea por un partido. Aunque sea por media parte. Aunque sea por alma, por razón, por genes. Aunque sea por la identidad que hizo al equipo blanco el mejor de la historia del fútbol.

El Real Madrid ganó al Rayo en Vallecas por dos goles a cero. Insisto, en Vallecas. Quienes se hayan quedado solo con los nombres de los equipos, y de los jugadores y entrenadores respectivos, podrán pensar que es algo predecible, y aún más, si alguien les dijo que el Madrid necesitaba la victoria tanto como los peces necesitan del agua. No fue así. Ni el Madrid es el equipo capaz de remontar lo irremontable ni el Rayo es el equipo de barrio obrero al que miraban por encima del hombro sus ricos vecinos.

Desde hace años el Rayo es respeto. Lucha. Trabajo. Calidad. Motivación. Sentimiento. Unidad. Humildad. El Rayo es Vallekas. “Corazón, cabeza y cojones”.

La primera parte fue un regalo para los aficionados a los que les gusta el fútbol y cicuta para los madridistas. Los del rayo atravesando el pecho, fueron un ejemplo de presión y toque y paciencia y disciplina. Magnífico el trabajo y la claridad de ideas que se notan preparadas, meticulosamente, en los entrenamientos del equipo de Payaso Fofó. Aquel payaso que nos hizo disfrutar de la misma forma que nos hace disfrutar ahora el equipo rayista. Mientras, el Madrid basculaba de izquierda a derecha, y viceversa, como el péndulo de un reloj de pared comprado en un "Todo a Cien". Nervioso. Desacompasado. Temeroso de lo que se avecina. La basura.

Solo James estaba a la altura del rival. Suerte que Casillas hizo lo que se le pide: ser portero del Real Madrid. El Rayo anuló cada elemento del Madrid. Jémez, un estudioso de este arte, neutralizó los puntos fuertes del equipo blanco. Uno, cada vez más, se pregunta dónde están esos puntos fuertes. Ancelotti mascaba chicle. Sus muchachos mascaban el césped. ¿Sabrá Mr. Ancelotti que tres es menor que cuatro? Y si lo sabe, ¿por qué en campo contrario no arma al equipo con las mismas pistolas que el contrario? Y más en estadios trampa. Pequeños, secos y con 300.000 aficionados dispuestos a dejarse el alma por su identidad. Por su pasado. Por sus vecinos. Por Carmen Martínez Ayuso. Por su equipo. Por su barrio. Por “corazón, cabeza y cojones”.

En la segunda mitad todo cambió. Al equipo blanco, motivado, le sobran cuarenta y cinco minutos de cada partido. Lástima que tiren una parte por la ventana. Lástima que no se diviertan durante noventa minutos. Lástima... En la segunda parte el Madrid se impuso al Rayo por calidad, presupuesto y la ambición que al Rayo, a estas alturas de temporada, le genera estar en la zona cómoda de la tabla.

El árbitro mal. Como la mayoría de ellos. No sorprende ya el mediocre nivel de los trencillas. El de ayer se comió un penalti de libro a Cristiano y además castigó al portugués con tarjeta amarilla por simular que el AVE le había atropellado. Eso no se simula, por Dios… Fue lo mejor que le pudo pasar al Real Madrid. Carnaza al tiburón y toque de corneta para todos. Cuando eso sucede el Madrid es imparable.  Como si no fuera suficiente motivación llevar ese escudo o ganar 22 millones de euros. O trece.

Mención especial a James, El de Vallecas. Seguro que este chico tiene ascendencia vallecana. No me cabe duda porque James es como Vallecas: Lucha. Trabajo. Calidad. Motivación. Humildad. Sin gestos ni reproches. James, El de Vallekas: “Corazón, cabeza y cojones”.
Fdo.. Eduardo Sánchez de la Blanca
Esta crónica se la dedico a mi amigo Toni Spk y a todos los que disfrutaron de Diego "Pantera". De él son las tres "ces": "Corazón, cabeza y cojones". Una máxima para el deporte y para la vida. DEP.