jueves, 9 de abril de 2015

"CORAZÓN, CABEZA Y COJONES"




RAYO VALLECANO 0 - REAL MADRID: 2


“CORAZÓN, CABEZA Y COJONES”

Las tres “ces”. Dejemos de lado nosotros, ya que Mr. Ancelotti no lo hace, a la BBC. Aunque sea por un partido. Aunque sea por media parte. Aunque sea por alma, por razón, por genes. Aunque sea por la identidad que hizo al equipo blanco el mejor de la historia del fútbol.

El Real Madrid ganó al Rayo en Vallecas por dos goles a cero. Insisto, en Vallecas. Quienes se hayan quedado solo con los nombres de los equipos, y de los jugadores y entrenadores respectivos, podrán pensar que es algo predecible, y aún más, si alguien les dijo que el Madrid necesitaba la victoria tanto como los peces necesitan del agua. No fue así. Ni el Madrid es el equipo capaz de remontar lo irremontable ni el Rayo es el equipo de barrio obrero al que miraban por encima del hombro sus ricos vecinos.

Desde hace años el Rayo es respeto. Lucha. Trabajo. Calidad. Motivación. Sentimiento. Unidad. Humildad. El Rayo es Vallekas. “Corazón, cabeza y cojones”.

La primera parte fue un regalo para los aficionados a los que les gusta el fútbol y cicuta para los madridistas. Los del rayo atravesando el pecho, fueron un ejemplo de presión y toque y paciencia y disciplina. Magnífico el trabajo y la claridad de ideas que se notan preparadas, meticulosamente, en los entrenamientos del equipo de Payaso Fofó. Aquel payaso que nos hizo disfrutar de la misma forma que nos hace disfrutar ahora el equipo rayista. Mientras, el Madrid basculaba de izquierda a derecha, y viceversa, como el péndulo de un reloj de pared comprado en un "Todo a Cien". Nervioso. Desacompasado. Temeroso de lo que se avecina. La basura.

Solo James estaba a la altura del rival. Suerte que Casillas hizo lo que se le pide: ser portero del Real Madrid. El Rayo anuló cada elemento del Madrid. Jémez, un estudioso de este arte, neutralizó los puntos fuertes del equipo blanco. Uno, cada vez más, se pregunta dónde están esos puntos fuertes. Ancelotti mascaba chicle. Sus muchachos mascaban el césped. ¿Sabrá Mr. Ancelotti que tres es menor que cuatro? Y si lo sabe, ¿por qué en campo contrario no arma al equipo con las mismas pistolas que el contrario? Y más en estadios trampa. Pequeños, secos y con 300.000 aficionados dispuestos a dejarse el alma por su identidad. Por su pasado. Por sus vecinos. Por Carmen Martínez Ayuso. Por su equipo. Por su barrio. Por “corazón, cabeza y cojones”.

En la segunda mitad todo cambió. Al equipo blanco, motivado, le sobran cuarenta y cinco minutos de cada partido. Lástima que tiren una parte por la ventana. Lástima que no se diviertan durante noventa minutos. Lástima... En la segunda parte el Madrid se impuso al Rayo por calidad, presupuesto y la ambición que al Rayo, a estas alturas de temporada, le genera estar en la zona cómoda de la tabla.

El árbitro mal. Como la mayoría de ellos. No sorprende ya el mediocre nivel de los trencillas. El de ayer se comió un penalti de libro a Cristiano y además castigó al portugués con tarjeta amarilla por simular que el AVE le había atropellado. Eso no se simula, por Dios… Fue lo mejor que le pudo pasar al Real Madrid. Carnaza al tiburón y toque de corneta para todos. Cuando eso sucede el Madrid es imparable.  Como si no fuera suficiente motivación llevar ese escudo o ganar 22 millones de euros. O trece.

Mención especial a James, El de Vallecas. Seguro que este chico tiene ascendencia vallecana. No me cabe duda porque James es como Vallecas: Lucha. Trabajo. Calidad. Motivación. Humildad. Sin gestos ni reproches. James, El de Vallekas: “Corazón, cabeza y cojones”.
Fdo.. Eduardo Sánchez de la Blanca
Esta crónica se la dedico a mi amigo Toni Spk y a todos los que disfrutaron de Diego "Pantera". De él son las tres "ces": "Corazón, cabeza y cojones". Una máxima para el deporte y para la vida. DEP.

2 comentarios:

  1. Coraje. Casta y conciencia de donde juegan y quien se deben . Muy bueno Tua. Abrazos Nacho.

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  2. Buena crónica si señor. Los madridistas, sin demostrar que deben ser el mejor equipo del mundo. Los vallekanos, demostrando que son el mejor barrio del mundo. Besos, un vallekano madridista

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